De pronto un silencio se hace, no hay león y no hay lluvia y no hay viento y a lo lejos escucho una sirena de ambulancia y me pone terriblemente mal. Sé que estás lejos y quizá no quiera asimilar que el viento es el suspiro que hemos derramado cada hora cuando nos pesa ver lo lejano que está nuestro regreso, y que el frío es sólo un dibujo barato del temor que nos da esta soledad compartida y que cada gota de lluvia que cae acompañada pero no encimada es una lágrima tuya y una lágrima mía porque estamos unidos pero no juntos, y que este paisaje nostálgico me hace temblar y la verdad no es de frío, sino más bien de tristeza.
Iván