No hay mucho que agregar

No hay mucho que agregar...

No hay mucho que agregar...

Las palabras que me inspiraste un día, te las dije ya...
Hago remedos con las reminiscencias sobrantes
pero me siento tan frío, tan distante,
que casi tengo que inventar un sentimiento...

Que si te miro bien encontraré la verdad de mi mismo...

Creo que hoy te ví... vi algo como tú, al menos.
Y ahora tengo la terrible duda, casi asesina,
si acaso mi verdad es la de un impulso que me domina
y que no deja olvidar lo que ayer firmé al pasado...

A veces el alma se queda vacía al recordar tu olvido...

Y a veces me pienso tan tú, que no me siento conmigo,
¿Que será de mí si de pronto no estoy yo?
¿Que puedo decir si tu voz era mi voz?
Cuanto duele recordarte sabiendo que no me olvidaste...

Sé, en lo más profundo de mí, que algo te impulsa a volver...

Que te tienes que inventar un sentimiento,
que no puedes olvidar lo que ayer firmaste al pasado,
que te duele recordarme, pues sabes que no te he olvidado...
Que aunque tengamos palabras a granel, no hay mucho que agregar...