BIEN SABES LO QUE DIGO...

Vamos a mentirnos con la verdad;
Tú eres lo que busco pero no te amo.
Sí, quieres pasar tu vida conmigo,
pero no quieres dejar que sea más que un amigo.

Si nosotros no somos la antitésis del amor,
tendría que venir Armando Rosas
a cambiarle la letra a su canción.

Somos los mismos que siempre,
con el mismo temor, con el mismo furor:
con el mismo deseo febril de que el otro se canse,
y con violencia una sus labios con los de uno.

No te engañes,
-con mi petición queda claro que no me has engañado a mí-
eso del olvido siempre te ha quedado cerca pero corto.
Esos agujeros en tu memoria jamás se aplican en lo que quieres.
Olvidarás la tarea, el lugar donde dejaste las llaves, el celular en el auto,
pero aquello que quieres olvidar, sigue precisamente ahí, en tu memoria.

No me mentiré,
-y con mi sobra de valor queda claro que pensé en engañarnos-
deseo seguir molestándote con mi obsesión con la luna.
Te seguiré dando la poesía que recibirás con un tibio "gracias",
yo me sentiré mal por tu afanosa forma de mentir en mi cara,
y tú celebrarás callada que tu labio inferior me siga haciendo delirar.

O sea que seguiré causándome heridas
por cuchillos de juguete que tiras con rabia barata
derecho a mi pecho,
y a ti te tocará callar el gusto que te da tener un pretendiente
y convertirlo en tristeza -más barata que tu rabia-
por tu mala suerte en el amor.
Bien sabes lo que digo...

Llegaremos -juntos, por si hay duda- a esa ruta de dos puertas.
Puerta 1, amistad eterna. Puerta 2, amor sincero e incertidumbre.
Yo querré elegir la segunda, pero elegiré la primera, por imbécil.
Tú querrás la misma que yo,
pero elegirás la primera porque eres una dama
y no puedes manifestar que la segunda es maravillosamente tentadora.

Y así, volveremos a jugar al "no me toques, que no soy tuya,
pero no te vayas que no soy nada sin tí".
Acepto.

El día que nos llenemos de valor -y ese sí, es mera suposición-
descubriremos de una vez por todas nuestro antifaz, sorprendidos.
Y dirás "¿porqué nunca me dijiste lo que sentías?"
y diré "Porque nunca pensé que no recibiría una cachetada al decirlo".
Quizás sabré que resultaste ser más poeta que yo,
y que lo mío son rimas de calidad nula, pero que lo tuyo, caray, sí es arte.
Quizás sabrás que ni soy tan anti-hippie, ni me da risa el nombre de tu perro,
y que -diablos, como duele admitirlo-, System of a down no me parece malo.

Tú seguirás viendo hacia la nada mientras no te hable.
Provocaras mi atento "¿que te sucede?"
y con tu interior en goce por lograr tu objetivo
dirás "Nada... solo estaba pensando".
Y contrario a lo que nos enseñó Hollywood
no preguntaré "¿en que piensas?"
porque sé que tus opciones son pensar en eso
o mirarlo aunque no te esté hablando.
Bien sabes lo que digo...

Ojalá otra vez te toque conducir de noche
conmigo de co-piloto y la música a medio volumen.
Disfruté noches enteras con mi memoria
recordando como la luz del tablero te reflejaba en el rostro
e iluminaba la parte inferior de tus ojos,
y como de súbito y casi por accidente
te tenía tarareándome una canción de Mary Wells.
Tu cumples mis fantasías sin siquiera darte cuenta...

Como me desvío cada que pienso en tí...
Hoy solo vine a recordar que sé que lo sientes,
que veo lo que callas y yo -igual que tú- desconozco porque no somos más.
Tú ya sabes que cada que digo "Te quiero" es "Te amo",
y yo sabré que cada que digas "te cuidas" es un "no me dejes jamás".

Como amigos o como todo,
eres una mujer maravillosa.
Eres una mujer, creo que es eso,
algo que no encuentro en nadie de ésta edad.

Antes de irme, te confieso,
que hay un sueño tuyo que no quiero que cumplas;
eso de mirarte casándote con Jhonny Depp me pega en el orgullo.
Cumpléme una fantasía más.
Bien sabes lo que digo...

2 de marzo del 2008. 1:23 AM

Iván