Piratería musical

Me encontré este documento de word en mi disco. Sé que lo hice yo, lo tengo agendado del 2008, pero no recuerdo para que materia fue. En fin, lo leo y no está para nada lejos de lo que opino hoy...


Ningún mal se convertirá en algo benigno, aunque con toda certeza se pueden distinguir los motivos de su existencia y encontrar el problema como un caso cotidiano. El tópico de la piratería es el mejor ejemplo de ello, pues si bien jamás será defendible (al menos para mí) es justificable y se puede desglosar  su por qué.

El problema no es nuevo y el primer mal de este mal se remonta a esos años en que se aplaudió la digitalización musical, se cegó a la puerta abierta que dejaba esta modernización y parece que el grito de auxilio se da una vez que el camino al fondo ya está tomado.

Los precios casi exorbitantes de los discos “originales” son una razón de fuerza considerable. Catalogarlos de exorbitantes quizá suene raro, pero cualquier persona con un poco de curiosidad habrá de dudar del precio de producción del disco. Se entiende el tiempo invertido, la tinta gastada en portadas y librillos, cajas de discos y envíos. Cualquier estimación que hagamos irá con los precios que conocemos de tiendas de oficina o computación; es claro que a niveles de mayoreo y para empresas transnacionales los precios son exageradamente menores… Es prudente dejar la cantidad sin especificar, pero ya con una idea estimada. Es casi evidente que con los gastos mencionados y contando con la obvia ganancia que se busca, el precio de un disco original, nuevo, pudiera ser reducido prácticamente a la mitad. Recurrir a discos piratas es una salida loable para quien sólo quiere hacerse de un sonido. A veces resulta increíble que la música cueste tanto.

Las mismas fábricas musicales se han provocado una herida grave. Se ha restado seriedad a la música gracias a artistas de plástico, fugaces, baratos, y discos no tan baratos. El problema no es la música producida, sino la cantidad de la misma. Pretender que se podrá subsistir el gasto que implica mantener a tanto artista afiliado, es prácticamente una utopía, y cuando se encuentra que en tianguis y sobreruedas se hallan los mismos discos, con las mismas canciones a un precio 5 veces menor, la balanza se inclina claramente. 

Y por último, a mi entender el mayor aliado de la piratería ha sido el pésimo manejo que se le ha dado en los medios. Acá el gobierno bombardea con una campaña de “no ser piratas”, de juzgar a los padres que participan en el acto. La sociedad a estas alturas lo que menos requiere es ser regañada. Y no por falta de culpa, sino por falta de seriedad en la señalización. La culpa no es  sólo de quién compra; hay alguien que distribuye, hay alguien que vende, hay alguien que copia .Y para ellos no hay campañas ni amenazas. Es burdo creer que el sistema legal no esté enterado de los montones de discos y películas piratas que encontrarán en un puesto del tianguis más cercano.

La piratería no ha venido a contribuir a las compañías grandes, pero la incongruencia se paga caro. 

El departamento de música de Sony me ruega que no compre música pirata… el departamento de ventas me ha pedido que compre sus discos en blanco, sus cajas vacías y su nuevo quemador de discos, que es innovador, pues copia más rápido que el último modelo. Quién sabe para qué lo querré…


Saludos

Iván

2 comentarios:

Anónimo 7/23/2010 4:06 p. m.  

Jejejeje, ya lo habia leido en Silviofilos!

Putrick 7/28/2010 11:13 a. m.  

A diario leo mucho sobre el tema en muchos lados, pero nunca había leído algo como el enfoque del final, con los discos originales por un lado y los blancos por el otro. Que lolero xD

Próximo evento.

Viernes 16 de Abril, en Cafeto. 8:00 PM, entrada libre. Milton Rodríguez, Iván Ramírez y Raúl Fernando.

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