Todo por estudiar para el examen

Les cuento.

El viernes 14 de Mayo, Ismeraí y yo fuimos a biblioteca (la del Tec) a devolver dos libros que teníamos fuera, de Mecánica de Materiales. Ese día teníamos examen y el profe no se presentó, así que meh, ni la cargada de los méndigos libros.

Llegamos a la biblio, los regreso yo, yo los dos. Los toma la bibliotecaria (que tiene un espelusnante lunar de pelo en el cachete... Más bien, espelosnante) y sólo los pone a un lado y dice "OK".

Iván: "Mmm... ¿no los va a pasar por la máquina?"

Doña Pelos: "No, es que está caído el sistema ahorita. En cuánto esté listo ya los registro, no te preocupes."

Iván (Con cara de "Oh really?!") : "Bue... está bien."

Con toda la desconfianza del mundo, porque nunca en los casi dos años de universidad había pasado eso, nos fuimos. 

El miércoles siguiente, vamos a sacar un libro de Ecuaciones Diferenciales, uno para cada quien. Yo saco el mío sin broncas, como normalmente. Pero cuando Ismeraí entrega el suyo, la máquina marca algo rojito que ciertamente no alcanzaba a leer, pero la doña tuvo la bondad de traducir; "Uuy mija, tienes 3 días de retardo en la entrega de un libro".

Antes de preguntar cualquier cosa y sorprendido por mi agilidad mental, todo me cuadró rápidamente. 3DíasMiércolesMartesLunes FFFFFFFFFF el viernes. Y sí, justo al concluir eso, la doña (que ya de bondadosa no tenía nada, a mis ojos) dijo "Es de Mecánica de Materiales".
Y ya sabrán. Ismeraí, fiel a su costumbre, prefirió enojarse/indignarse antes de entablar conversación y el Iván haciendo todo lo posible por hacer recordar a la doña sobre el diálogo del viernes pasado, y que el sistema, y que usté dijo, y qué ya ni la friega.

Y nada. "Si entregaron el libro, tendría que estar aquí dentro, en su lugar". Tenía razón, así que ahí fuimos a buscar el cochino libro. A beneficio de la perra suerte, el libro no estaba ahí. Ni ahí ni en estantes cercanos. En un silencio super incómodo entre Is y yo, fuimos a decirle a la señora que no, no estaba ahí. Y ese fue, por llamarlo de forma bonita, el momento de nuestra derrota. "Si no está ahí significa que no lo entregaron. No pudo sacarlo otra persona mientras el sistema me marque que está rentado, eso es imposible."

Doña pelos se convirtió, a raíz de ese momento, en una cosa fea y poco amable. Una ogresa, sin más y sin menos. En nuestros siguientes encuentros (que no detallaré mucho) tomó una postura de "Eh, ustedes me quieren engañar".

Apareció el otro bibliotecario en la historia, un tanto más comprensivo pero demasiado necio en su creencia de que el libro estaba en nuestra casa. Doble error, porque, ni Ismeraí y yo vivimos juntos, ni estaba en nuestra casa imaginaria ni en cualquiera de las otras dos existentes. Yo entregué ese maldito libro.

El viernes de esa semana, la señora consiguió un cuadernito donde había anotado el viernes pasado todos los códigos de los libros llegados cuando el sistema no funcionaba. Nos muestra el código del libro buscado, y efectivamente, no está entre su lista. A mi se me ocurre ir a los estantes, conseguir un número y regresar al cuaderno, para comprobar mi confusión al ver que, el libro que yo entregué junto con el de Is, sí estaba registrado a puño y letra de la vieja. Más coraje, porque el maldito libro lo entregué uno junto al otro.

De ahí casi todos los días fuimos a biblioteca. Buscamos en cada estante y en cada ranura posible. Recurrí a la frase de "Si yo fuera un libro ¿dónde me escondería?". Ismeraí empezó con una teoría paranoica pero interesante de que Doña pelos se lo había quedado, que ella lo tenía. Como fuere, no hallamos el libro, y la deuda del retardo seguía corriendo.

Ese día me le acerqué a la bibliotecaria (pobre, le interrumpí su partida de Solitario en la PC) y le pregunté "Bueno, y en caso de que no esté aquí y no lo tengamos, ¿Le traemos uno nuevo, y ya, todo solucionado?". A mi pregunta le siguió un silencio grosero mientras me mostraba su perfil griego. Griego barbudo, tipo Zeus. Luego escuché un "Sí sí, es lo que le digo a la señora". Y yo con cara de QuéChingados. La señora voltea, se asusta, y dice al cablecito que llevaba al audífono en su oreja "Ahhh espérame, te marco luego, tengo gente". Odio el Manos Libres, siempre ha sido así.

Visiblemente molesto, repetí la pregunta con como 5 rayitas menos de amabilidad, y sólo dijo "Sí, con eso queda listo. Pero búsquenle, ustedes lo han de tener". O sea, no tenía un pelo de tonta la señora; los tenía todos.

La semana pasada lo compramos. 447 pesos. Para acabarla es una nueva edición que ni siquiera tenían en biblioteca. Nosotros "perdimos" la segunda edición, y les dimos a cambio la quinta. Amenacé con rayar el libro nuevo y maltratarlo tal y como el que nos desaparecieron, pero confieso que en mi rabia del día que lo entregamos, ni me acordé.

Mal pedo.

Saludos.

Iván

3 comentarios:

Putrick 5/31/2010 6:35 p. m.  

Mi teoría es que lo prestó en ese rato en que no había sistema y no lo registró y ya voló...

Pero bueno, ya lo tuvieron que pagar. Luego que no se quejen de que bajemos los pdf's pues u_u

Alejandra Cárbri 6/05/2010 8:12 p. m.  

Ay que señora tan odiosa, luego porque le rayan a la gente los carros y cosas asi :S, también la odio yo. Una vez me paso algo parecido, pero si habia sistema, el libro si estaba en el estante y no me lo marcaron como recibido, lo bueno que yo solo pague 22 pesos.

Chema 6/15/2010 5:42 p. m.  

Muy pelada dicen "no hay sistema" y a sabiendas de eso te quieren echar la culpa siendo que para empezar NO HABÍA SISTEMA!

Gente pendeja...

Próximo evento.

Viernes 16 de Abril, en Cafeto. 8:00 PM, entrada libre. Milton Rodríguez, Iván Ramírez y Raúl Fernando.

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