CATORCE


Hoy he vuelto al sitio donde te admiré más recientemente.

Aquél día, la sombra le daba a tu rostro
un tono obscuro, misterioso, preciso. Precioso...
La luz que brotaba del suelo, hacia relumbrar tu mentón,
justo frente a mí -que ya de por sí te veía como un ángel-
y el brillo en tus ojos era un faro encendido, un lucero vivo,
un reflejo puro y diáfano de lo que ibas sintiendo.

Hoy regresé a ese cine donde te viera por última vez
y me dijera a mi mismo, callado, concupiscente,
que no habría de rendirme hasta que tus labios chocaran los míos,
y me quitáse -de una buena vez- el deseo de tenerte entre mis brazos.

Ya lo sé, mujer. Yo también lo sé;
ya hemos rozado nuestros labios antes,
ya te he tenido entre mis brazos.
¿De donde crees que me nace el deseo de vivirlo otra vez?

Hoy resucitaron los fantasmas de tu eternidad.
El lugar era el mismo, pero la luz de pantalla no rebotaba en nada,
se paseaba entre las butacas, entre las gentes, sin hogar.
La luz del suelo iba a dar al techo, sin interrupciones,
y se iba y volvía 14 veces desesperada, recorriendo cada instante
y buscando ese espacio -hermoso, por cierto- entre tu cuello y tus mejillas...
La sombra hoy fue eso, nomás. No era misteriosa, no era obscura.
Era un pedazo de noche fría, desértica, que olvidó la belleza en otro lugar.

Y yo volteaba, tibio, distraído... mi mirada no rebotaba en nada,
mi llamado iba y venía 14 veces. Era un pedazo de noche fría, desértica.

Fue justo ahí, el instante en que el asiento de la izquierda dejó de estar vacío.
Ahí te habías sentado tú esa última vez, y si había esperado esos 14 intentos,
era sólo porque tenía la esperanza de verte venir. De sentirte llegar.
Así que me fuí. Con la cabeza gacha, encontrando un filme de terror
en aquél lugar donde la última vez encontré a la mujer más hermosa del mundo.

Ahora me queda claro. Ahora sé porque volví a tí.
Estuviste en mi vida llenando de tí todas las cosas.
Todo espacio, todo tiempo, todo todo, era de tí.
Y me fuí y te fuiste y nos perdimos varios meses pero nunca te saliste de mí.
Jamás te pude dejar de imaginar en mi vida, porque te habías pintado ya una vez.

Vaya, que ha sucedido en mi interior, lo que me pasará en cada sala de cine;
voltearé a mi izquierda y lamentaré no tenerte ahí.
Y discurriré pensando que cosa fuera si de pronto te sentaras tú, conmigo.
Y recordaré, 14 veces, lo precioso de aquél día. Aquél dulce, eterno día.

Iván

6 comentarios:

Putrick 3/24/2008 8:51 p. m.  

Bonito etcétera.

¿Ella lo lee?

Iván 3/24/2008 9:23 p. m.  

Aún no.
Leyó los que hice hace uuuuuu, jaj. Esa etapa de hace año y medio, antes de Barby.
Pero no no, estos aún no. Aunque no tarda...

Anónimo 3/25/2008 12:32 p. m.  

Juan

no puede ser chiky
cada ves me sorprendes mas, la neta no conosco a nadie k escriba mejor k tu
suerte compa
nunca a sido facil olvidar
y mucho menos el estar obligado a regresar a akellos lugares k tanto te recuerdan los bellos momentos k viviste con akella persona

Alejandra Cárbri 3/25/2008 6:00 p. m.  

Bastante bonito :) Lo curioso es como los momentos que para algunas personas pueden ser los más vanos, para otras (y me incluyo yo en esa clasificación) pueden significarlo todo

Anónimo 3/25/2008 8:13 p. m.  

Sin duda el 2008 es el año del chicky y su blog =P, has posteado como 10,000 veces! =P (eso es bueno! =D )

Anónimo 3/28/2008 11:22 p. m.  

Lis

me dejas sin palabras...
ya lo sabes
mis respetos y gran admiracion por la forma en la que escribes...
lindo y profundo..
mas en palabras de lis:
super bien :D

Próximo evento.

Viernes 16 de Abril, en Cafeto. 8:00 PM, entrada libre. Milton Rodríguez, Iván Ramírez y Raúl Fernando.

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